Los nódulos tiroideos son un hallazgo clínico bastante habitual (60-70 %), normalmente benignos, y que en función de su tamaño pueden provocar problemas estéticos o molestias, al tragar o en cambios posturales, fundamentalmente. Con la radiofrecuencia se reduce el tamaño del nódulo y se mantiene intacta la función hormonal normal de la glándula tiroidea. En caso de nódulos hiperfuncionantes se reestablece la función tiroidea normal.
- Punción previa del nódulo que confirme la benignidad (categoría II Bethesda).
- Análisis de sangre para confirmar que la coagulación es normal. Los pacientes no deben tomar medicación antiagregante o anticoagulante.
- Laringoscopia indirecta para confirmar un buen estado de las cuerdas vocales.
- Valoración ecográfica previa para estudiar el mejor punto de entrada (normalmente el istmo) y las características del nódulo. El nódulo debe de ser sólido y si hay componente quístico (más de un 20%) previamente se debe de hacer una alcoholización (ver información de alcoholización de nódulos tiroideos).
- PCR negativa y paciente en ayuno.
- Informar de la presencia de implantes metálicos, marcapasos o prótesis metálicas dado que hay un cierto riesgo de que se puedan calentar.
- De forma ambulatoria y mediante anestesia local. El paciente permanecerá tumbado con un cojín en la espalda para mantener el cuello en hiperextensión.
- Se colocan electrodos en forma de superficies de contacto en las piernas.
- La radiofrecuencia produce un aumento de la temperatura y se aplica con una aguja que en realidad tiene una antena en su punta. Con un solo pinchazo se aplica calor en la totalidad del nódulo mediante la técnica del moving-shot. El calor produce una necrosis coagulativa del nódulo y con ella su desvitalización. Con el paso del tiempo el nódulo va siendo reabsorbido progresivamente, reduciendo en los primeros 6 meses un 50% respecto a su volumen inicial y aproximadamente un 70-80% al año.
- A través de la vía endovenosa se introduce contraste que permitirá validar, dinámicamente, en tiempo real, la eficacia del tratamiento. La vía endovenosa nos puede servir para administrar analgesia si fuera necesario.
- El procedimiento tiene una duración 30-45 minutos en función del tamaño del nódulo y una vez finalizado se coloca una bolsa de frio y el paciente está dos horas en observación en el hospital de día.
El dolor leve o molestias en el cuello son prácticamente inevitables. Las complicaciones que pueden presentarse son poco habituales y no muy importantes (dolor intenso, hematoma). Excepcionalmente, se puede lesionar el nervio recurrente con la consecuente disfonía que se puede recuperar al cabo de unos meses. Una complicación grave, que nunca hemos tenido, podría ser la ruptura del nódulo.
El seguimiento de la involución del nódulo se realiza mediante controles ecográficos a los 1, 3, 6 y 12 meses y a partir de entonces una ecografía al año. La recidiva puede aparecer en un 7% de los nódulos tratados. Cuando esto ocurre se debe repetir la punción y, si se confirma la benignidad, se puede retratar.
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