Los nódulos tiroideos pueden tener un aspecto mixto, con componente sólido y líquido en su interior. El contenido líquido puede ser coloide o sangre. Cuando el componente líquido supera el 20% del volumen del nódulo se aconseja la alcoholización para secar y cicatrizar internamente el nódulo. Una vez reducido el componente líquido este nódulo puede ser tratado con radiofrecuencia si se considera necesario.
- Punción previa del componente sólido nódulo que confirme la benignidad (categoría II Bethesda). A veces no es posible hacer la punción si el contenido es completamente líquido.
- Análisis de sangre para confirmar que la coagulación es normal. Los pacientes no deben tomar medicación antiagregante o anticoagulante.
- Laringoscopia indirecta para confirmar un buen estado de las cuerdas vocales.
- Valoración ecográfica previa para estudiar el mejor punto de entrada (normalmente el istmo) y las características del nódulo.
- PCR negativa y paciente en ayuno.
- De forma ambulatoria y mediante anestesia local. El paciente permanecerá tumbado con un cojín en la espalda para mantener el cuello en hiperextensión.
- La alcoholización se realiza con una aguja con la que, inicialmente, se vacía el contenido líquido y, posteriormente, se introduce el alcohol. Si es posible, se hacen lavados con el alcohol. Siempre se deja una pequeña cantidad de alcohol en su interior. Con un solo pinchazo se procuran tratan todos los compartimentos líquidos del nódulo.
- Se coloca una vía endovenosa que nos puede servir para administrar analgesia si fuera necesario.
- El procedimiento tiene una duración de 15-30 minutos en función del tamaño del nódulo y una vez finalizado el paciente está dos horas en observación en el hospital de día.
El dolor leve o molestias en el cuello son prácticamente inevitables. Las complicaciones que pueden presentarse son poco habituales y no muy importantes (dolor intenso, hematoma). Excepcionalmente, se puede lesionar el nervio recurrente con la consecuente disfonía que se puede recuperar al cabo de unas horas o de unos meses. Una complicación grave, que nunca hemos tenido, podría ser la ruptura del nódulo.
El seguimiento de la reducción del componente quístico del nódulo se realiza al cabo de 2 meses mediante un control ecográfico para dar por terminado el tratamiento o bien para seguir el tratamiento mediante una radiofrecuencia. Si persiste el componente líquido se vuelve a alcoholizar. Si la alcoholización ha sido efectiva se hace un nuevo control a los 6 y 12 meses y a partir de entonces una ecografía al año.
La recidiva del componente líquido es muy variable y puede aparecer en un 30%, aproximadamente, de los nódulos tratados. Cuando esto ocurre se debe repetir la punción y, si se confirma la benignidad, se puede retratar.
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