Se recomienda la punción con aguja fina para determinar la benignidad o la malignidad de los nódulos tiroideos. El patrón ecográfico, la evolución y los antecedentes son de gran utilidad para establecer la necesidad de hacer una punción. La punción se utiliza también para confirmar la benignidad de una lesión antes de realizar procedimientos como la alcoholización y la ablación con radiofrecuencia. Los ganglios cervicales aumentan de volumen mayoritariamente por causas inflamatorias, aunque hay situaciones clínicas y algunos aspectos ecográficos que recomiendan hacer una punción.
- Paciente en ayuno.
- No es indispensable realizar pruebas de coagulación y se aconseja retirar los antiagregantes y anticoagulantes siempre que sea posible.
- Bajo control ecográfico en condiciones de esterilidad y sin la necesidad de anestesia local.
- Para realizar el procedimiento se cubre el transductor con una funda, se esteriliza la piel con alcohol o clorhexidina y se punciona con una aguja fina adaptada a la jeringuilla para poder ejercer presión negativa si con la capilaridad no es suficiente.
- Durante el procedimiento es importante procurar no tragar saliva mientras la aguja está dentro de un nódulo o de un ganglio.
- Terminado el procedimiento debe hacerse un poco de presión local, no siendo necesario un reposo absoluto. El paciente puede irse a su domicilio y reiniciar la ingesta en el momento que lo desee.
- En el lugar de la punción se deja un pequeño apósito que se puede retirar a las pocas horas.
- El material obtenido se envía a Anatomía Patológica donde se hace un estudio microscópico que tarda aproximadamente 1 semana.
Tras este procedimiento no suele haber complicaciones, pudiendo ser ocasionalmente sangrado en el cuello (hematoma) o un poco de dolor residual.
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