Si bien las técnicas de diagnóstico por la imagen han demostrado su capacidad para un diagnóstico acertado de las lesiones hepáticas o renales, en ocasiones, para caracterizar algunas de las lesiones tumorales, debemos obtener material para el diagnóstico y también para realizar estudios anatomopatológicos de determinados biomarcadores o de determinadas mutaciones genéticas para personalizar el mejor tratamiento. En otras ocasiones, debe hacerse biopsia del hígado o del riñón para conocer la causa de disfunciones hepáticas o renales de las que no sabemos la causa.
- Ayuno de 6 horas.
- Pruebas de coagulación correctas.
- Suspender tiempo prudencial la medicación antiagregante y anticoagulante, según la pauta establecida para cada fármaco. Normalmente, los antiagregantes 1 semana antes y los anticoagulantes 2 días antes, aunque cada fármaco es diferente. Si se retira un anticoagulante se tienen que hacer pruebas de coagulación el mismo día de la biopsia para garantizar que son correctas para poder hacer la biopsia.
- PCR negativa.
- Aportar pruebas de imágenes e informes previos, así como solicitud de la biopsia.
- Ocasionalmente, puede recomendarse una ecografía previa al procedimiento para valorar el acceso ecográfico a la lesión o no.
- El paciente debe comunicar alergias a medicamentos, alteraciones de coagulación, enfermedades cardiopulmonares y su medicación habitual, que deberá mantener excepto fármacos antiagregantes y anticoagulantes.
- Se realiza bajo control ecográfico en condiciones de esterilidad y con la administración de anestesia local.
- Gracias a unas agujas provistas de ciertos mecanismos obtenemos cilindros de tejido hepático, renal o tumoral y que posteriormente son analizados en el Servicio de Anatomía Patológica.
- La biopsia requiere unas horas de hospitalización para evitar que aparezcan complicaciones inmediatas fuera del Hospital.
- Durante el procedimiento será necesaria la colaboración del paciente, a quien el radiólogo solicitará contener la respiración en momentos puntuales tanto para aplicar la anestesia como para realizar la biopsia.
- En el lugar de la punción se deja un pequeño apósito que se puede retirar a las pocas horas.
- La duración de la prueba es de aproximadamente 30-40 minutos.
- El paciente no podrá reiniciar la ingesta hasta pasadas 4 horas del fin del procedimiento si no hay complicaciones.
Tras este procedimiento no suele haber complicaciones, pudiendo ser ocasionalmente un poco de dolor residual que no requiere analgesia (de ser necesaria se recomienda 1 g. de Paracetamol). Otra posible complicación es el sangrado que mayoritariamente es autolimitado, aunque si no cediera, debería de hacerse un cateterismo para embolizar de forma selectiva la arteria que estuviera sangrando.
Para evitar fugas de bilis en el peritoneo se desaconseja hacer biopsia hepática cuando hay una dilatación de la vía biliar. En el acceso intercostal podría haber un riesgo potencial de neumotórax, pero una de las ventajas de la guía ecográfica es evitar precisamente esta complicación.
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